Sientes que tu equipo no tiene el nivel de compromiso que te gustaría? ¿Los niveles de calidad de su trabajo son bajos? ¿Cumplen su horario de forma radicalmente estricta, sin conceder tiempo extra? ¿No muestran implicación? ¿No puedes contar con ellos cuando más los necesitas? ¿Es legítima esa actitud? ¿Es justa para ti? ¿Y para la empresa? ¿Cuánta responsabilidad tienes sobre todo esto?
El compromiso de los miembros de una empresa es lo que determina que se convierta en la mejor versión de sí misma.
Vamos por partes. Que tienes responsabilidad, es evidente. La clave está en qué y en cuánta. La falta de compromiso está estrechamente vinculada a la motivación, aunque es mucho más que esta última. El compromiso de los miembros de una empresa es lo que determina que se convierta en la mejor versión de sí misma. Motivación es aquello que cada mañana minimiza el impacto negativo del odioso sonido del despertador porque tu trabajo te gusta, entendido en sentido amplio –funciones e interacciones con el entorno–. Compromiso es sentir los colores de tu empresa, defenderla, sentirla como una segunda familia, trabajar con alta autoexigencia de calidad para que los clientes y los accionistas quieran continuar comprando e invirtiendo en ella.
¿Es un signo de falta de compromiso realizar el trabajo con calidad insuficiente? Sí. Trabajar bien debe salir de dentro de cada persona. Ahora bien, es tu responsabilidad como directivo/mando intermedio establecer los estándares de calidad exigibles, asegurarte que se han comprendido, y reorientar a quien no lo cumpla. Si dejas de hacer cualquiera de estas cosas estarás transmitiendo el mensaje de que la mediocridad es aceptada. Y para aquellos que desean comprometerse será un jarro de agua fría. El compromiso no tolera la mediocridad. Se marcharán o se quedarán convertidos en zombies profesionales.
¿Es un signo de falta de compromiso el no expresar opinión? Depende. Hay personas más y menos participativas. Mira a tu alrededor y pregúntate: ¿Antes exponían sus puntos de vista y ahora callan? ¿O quizá siempre callaron? ¿Fomentas la participación? ¿Tienes en cuenta sus opiniones y les consultas? Tener en cuenta sus puntos de vista no quiere decir gestionar asambleariamente, sino hacerles sentir útiles y comprendidos, aunque después tomes una decisión en sentido distinto. ¿Hablas siempre el primero, posicionándote sobre cada tema? No lo hagas, déjales hablar primero o les inhibirás. Es probable que no quieran contradecirte porque eres el jefe. Posiciónate, pero siempre tras haber escuchado sus opiniones para no condicionarles ni cohibirles. Recuerda que si tomas todas las decisiones sin escuchar, pensarás que tu equipo es un desastre; pero el desastre eres tú… y después no te quejes de que no obtienes compromiso.
El compromiso es hijo de la Autoridad del líder. El Poder ya lo tienes, te lo da tu empresa y tu posición en ella. La Autoridad te la tienes que ganar, estando delante de tu equipo arrastrando el carro. Digo ‘delante’, no ‘encima’. No es tan difícil, ¿verdad? Te puedes equivocar en tus decisiones y te lo perdonarán. Lo que nunca harán es perdonarte la dejación de tus responsabilidades como jefe.
Os deseo lo mejor.
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